El magisterio de Risaralda anunció un paro de 72 horas con movilizaciones en Pereira y Dosquebradas para denunciar lo que consideran una grave crisis en el modelo de salud que los atiende. La protesta se produce en un contexto de controversia nacional que rodea a la Federación Colombiana de Educadores (FECODE). La problemática central que motiva el paro es el deterioro de los servicios de salud para los docentes y sus familias en el departamento. Los líderes sindicales reportan fallas estructurales que incluyen demoras en la asignación de citas médicas, escasez de medicamentos esenciales y una notable precariedad en los servicios especializados. Esta situación, descrita como un asunto de “vida o muerte” por los educadores, es el motor de las marchas que buscan presionar al Gobierno Nacional para una intervención inmediata y efectiva que garantice su derecho fundamental a la salud.
Sin embargo, la convocatoria se ve empañada por una controversia política a nivel nacional.
FECODE enfrenta acusaciones sobre una presunta financiación irregular de 500 millones de pesos a la campaña presidencial de Gustavo Petro, lo que ha generado un debate sobre la independencia del sindicato.
Este contexto siembra dudas sobre si las protestas son únicamente una reivindicación laboral legítima o si están influenciadas por lealtades políticas.
Mientras los docentes en Risaralda exigen soluciones concretas a una crisis de salud que los afecta directamente, la sombra de la controversia política amenaza con debilitar la legitimidad de su reclamo ante la opinión pública.
En resumenLos docentes de Risaralda se movilizan en Pereira para exigir soluciones a la grave crisis de su sistema de salud, marcada por la falta de atención y medicamentos. La protesta, aunque basada en reclamos legítimos, se desarrolla en un clima de desconfianza nacional por las acusaciones de financiación política que enfrenta FECODE, lo que plantea un dilema sobre la naturaleza de la movilización.