Al ofrecer un escenario de alta visibilidad, permiten que artesanos y pequeños empresarios conecten directamente con un público amplio, generando ventas y fortaleciendo sus marcas. De esta manera, las ferias artesanales se convierten en un motor económico y cultural dentro de las festividades, reflejando un modelo de celebración que integra el entretenimiento con el desarrollo sostenible de la comunidad.