Este programa piloto, impulsado por el gobierno del Valle del Cauca, representa un avance tecnológico en la lucha contra el licor ilegal. El plan contempla la instalación de lectores de códigos QR en 20 distribuidores mayoristas seleccionados en municipios estratégicos, incluyendo Palmira, Cali, Buga y Tuluá. Según Martha Isabel Ramírez, gerente de la Unidad de Rentas del Valle, el piloto ya ha alcanzado un 80% de instalación. Los criterios de selección para estos “puntos de venta responsable” son tener un historial positivo en la venta de productos legales, verificado por el Grupo Operativo Anticontrabando, y ser mayoristas con un alto volumen de clientes. El sistema permite a los consumidores escanear el código QR de una botella para verificar su legalidad al instante. Esto no solo protege la salud pública al prevenir el consumo de productos adulterados, sino que también salvaguarda los ingresos fiscales del departamento, destinados a programas sociales en salud, educación y deporte.

La iniciativa ha sido bien recibida tanto por los comerciantes como por los consumidores.

Luis Ángel Orozco, administrador de una tienda participante, expresó que el sistema brinda garantías a los clientes, mientras que un comprador destacó su utilidad, especialmente de cara a la temporada de fin de año, cuando aumenta la venta de licor adulterado.