358 del 15 de octubre, prohibió la venta y consumo de bebidas embriagantes en todo el territorio municipal, tanto en zonas urbanas como rurales, desde las 6:00 p.m. del sábado 18 de octubre hasta las 6:00 a.m. del lunes 20.

El objetivo principal era fomentar una jornada electoral tranquila, libre de alteraciones y respetuosa de los derechos democráticos de los jóvenes votantes. Adicionalmente, la normativa incluyó la prohibición de circulación de vehículos de carga pesada que transportaran materiales pirotécnicos, combustibles o sustancias peligrosas, como una medida preventiva de seguridad ciudadana. Las autoridades municipales anunciaron operativos de verificación para asegurar el cumplimiento del decreto, advirtiendo que las infracciones serían sancionadas según el Código Nacional de Seguridad y Convivencia.

La decisión de Palmira contrastó con la de Cali, donde la administración distrital optó por no implementar la ley seca para la misma jornada electoral. Esta diferencia de criterios generó reacciones en Palmira, donde propietarios de bares, restaurantes y discotecas expresaron su preocupación por el impacto económico de la medida, asegurando que fue anunciada con muy poca antelación, lo que les impidió prepararse con planes de contingencia y puso en riesgo la estabilidad de sus negocios y empleos.