La respuesta fue inmediata, con más de 80 personas entre ingenieros, técnicos y operarios trabajando 24 horas al día.

Para estabilizar el terreno se utilizaron más de 650 toneladas de material, incluyendo roca, concreto y “bolsacretos”. El alcalde Gutiérrez señaló que la emergencia evidenció la falta de inversión en los puntos críticos del río durante la administración anterior, y anunció una inversión de 94.000 millones de pesos, sumados a otros fondos, para un total de 150.000 millones destinados a reforzar la infraestructura. Mientras duraron las obras, que se estimaban en ocho días, el Metro implementó un plan de contingencia que incluyó buses gratuitos de Metroplús para conectar las estaciones afectadas, rutas peatonales seguras y la reubicación de 62 rutas integradas, aunque esto generó largas filas y demoras significativas para los pasajeros. Gracias al trabajo ininterrumpido, el servicio se restableció el 26 de octubre, dos días antes de lo previsto, tras superar las pruebas técnicas que garantizaron la seguridad de la operación.