La Alcaldía de Medellín denunció formalmente ante la Fiscalía General de la Nación un presunto plan de desprestigio en su contra, que buscaría vincular a la administración con hechos de corrupción. Según el gobierno local, esta acción sería una retaliación de estructuras criminales por los operativos de seguridad realizados en zonas como el Parque Lleras. El anuncio, liderado por el alcalde Federico Gutiérrez y el secretario de Seguridad y Convivencia, Manuel Villa Mejía, detalla que el supuesto plan consistiría en la creación de “hechos irregulares” para desacreditar a la administración. La principal motivación, según las autoridades, es la respuesta a las contundentes acciones contra las economías ilegales en sectores turísticos, que abarcan delitos como narcotráfico, extorsión, trata de personas y porte de armas. El secretario Villa fue enfático al señalar un posible origen del complot, afirmando que podría provenir de la Mesa de Paz de la Cárcel de Itagüí. “No es coincidencia lo que hoy estamos denunciando y los ataques que hemos visto en las últimas semanas desde la cárcel de Itagüí.
Ahora son los bandidos, esos mismos que hoy son protegidos por el Gobierno Nacional, amangualados con corruptos, quienes vienen a disparar mentiras y a hacer montajes, cual sicarios políticos y sicarios morales”, declaró Villa.
Como parte de su respuesta, la administración ha tomado medidas administrativas, incluyendo la separación temporal de algunos funcionarios mientras se investiga su posible vinculación con irregularidades, bajo la consigna del alcalde: “Que caiga el que tenga que caer”. La denuncia formal fue presentada ante la Fiscalía el 1 de agosto de 2025, y la alcaldía se comprometió a colaborar plenamente con las investigaciones para esclarecer los hechos.
En resumenLa administración de Medellín sostiene que enfrenta una campaña de difamación orquestada por grupos criminales en represalia por sus operativos de seguridad. La denuncia formal ante la Fiscalía y las medidas internas reflejan una postura de cero tolerancia tanto con la criminalidad externa como con la posible corrupción interna, en medio de un clima de alta tensión política.