Un atentado con explosivos que derribó una torre de energía en Medellín ha puesto en alerta máxima a las autoridades locales y departamentales. El ataque, atribuido al frente 36 de las disidencias de las FARC, ha desencadenado una robusta respuesta de seguridad, incluyendo el despliegue de fuerzas especiales y el ofrecimiento de millonarias recompensas. El hecho ocurrió el 10 de septiembre en el sector La Asomadera, cerca de la vía Las Palmas, donde una torre de alta tensión fue destruida. Las autoridades atribuyeron el ataque a una retaliación del frente 36 por un operativo policial en Campamento (Norte de Antioquia) donde fueron abatidos varios de sus miembros. En el lugar del atentado se encontraron una bandera del grupo armado y al menos seis artefactos explosivos adicionales que fueron desactivados.
En un consejo de seguridad extraordinario, la Alcaldía de Medellín y la Gobernación de Antioquia anunciaron el despliegue de 480 uniformados de las fuerzas especiales urbanas para reforzar la vigilancia. Además, se estableció una bolsa de recompensas para desmantelar la red criminal.
El alcalde Federico Gutiérrez anunció: “Alias Primo Gay es un criminal dedicado al narcotráfico y la extorsión.
La fuerza pública debe neutralizar esta amenaza.
Desde Medellín nos sumamos a la bolsa nacional y departamental con $100 millones adicionales que permitan su captura”. También se ofrecen hasta $50 millones por información que prevenga futuros actos terroristas y $10 millones por cada uno de los cinco presuntos miembros de la red urbana identificados con los alias 'CHILY', 'JONATHAN', 'MALUCO', 'MACHÍN' y 'COSTE'.
En resumenTras el derribo de una torre de energía en Medellín, atribuido a disidencias de las FARC, las autoridades han lanzado una ofensiva de seguridad. Se han desplegado fuerzas especiales y se ofrecen recompensas de hasta 100 millones de pesos para capturar a los cabecillas y desarticular la red terrorista que amenaza la ciudad.