Mientras la Alcaldía lo defiende como un espacio público incluyente, algunos sectores cuestionan la priorización de una inversión superior a los 195.000 millones de pesos. La iniciativa contempla la construcción de un mar artificial de 12.000 metros cuadrados de agua dulce y 5.000 metros cuadrados de playa, junto a piscinas de olas, olímpicas y semiolímpicas, convirtiendo a Medellín en la primera ciudad del país con un escenario de este tipo. El proyecto se integra en el 'Gran Parque Medellín', que también incluye la renovación de la pista de BMX Mariana Pajón y la unidad deportiva María Luisa Calle, con el objetivo de aumentar la oferta deportiva de 26 a 39 disciplinas. El alcalde Federico Gutiérrez ha defendido la obra como una apuesta por un “parque abierto y democrático” para combatir el déficit de espacio público de la ciudad, asegurando que su financiación no descuida otras áreas sociales.

Sin embargo, el proyecto ha generado críticas.

El concejal José Luis Marín, del Pacto Histórico, ha cuestionado la inversión frente a las necesidades de vivienda de la ciudad, declarando: “Más de 35.000 familias en Medellín no tienen dónde dormir o están hacinadas en condiciones inhumanas, pero lo único que le hace falta a Medellín es Mar”. La administración proyecta que la obra generará 800 empleos directos y estará completamente lista en abril de 2027, posicionando a la ciudad como un referente en innovación urbana y turismo recreativo.