
Ataque en Amalfi deja 13 policías muertos y genera crisis de seguridad en Antioquia
Un devastador ataque terrorista en zona rural de Amalfi, Antioquia, cobró la vida de 13 policías y dejó a otros cuatro heridos, marcando uno de los golpes más severos contra la Fuerza Pública en años recientes. El atentado, atribuido a disidencias de las FARC, ha intensificado el debate sobre la estrategia de seguridad del Gobierno Nacional y la capacidad operativa de los grupos armados ilegales en la región. El ataque ocurrió el 21 de agosto, cuando un helicóptero Black Hawk de la Policía Antinarcóticos apoyaba labores de erradicación manual de cultivos de coca en la vereda Los Toros. La aeronave fue derribada con un dron cargado de explosivos, una táctica que evidencia una sofisticación tecnológica preocupante por parte de los grupos ilegales. El presidente Gustavo Petro atribuyó la autoría al Frente 36 de las disidencias, bajo el mando de alias ‘Calarcá’, y lo relacionó directamente con las operaciones de erradicación. Por su parte, el gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, fue enfático en sus críticas, afirmando que el hecho demuestra “el fracaso de la paz total de Petro” y denunció que su administración había advertido al Gobierno Nacional sobre el deterioro del orden público en Amalfi desde junio, sin recibir una respuesta efectiva. En respuesta a la tragedia, la Gobernación decretó un día de duelo departamental y ofreció una recompensa de hasta 200 millones de pesos por los cabecillas responsables, alias ‘Guaricho’, ‘Barbas’ y ‘Guillermino’, mientras que el Ministerio de Defensa elevó a 2.000 millones la recompensa por alias ‘Chejo’, señalado como el autor intelectual. La recuperación de los cuerpos de los uniformados, que fueron trasladados a Medellín, se vio dificultada por las condiciones de seguridad en la zona, lo que agravó el drama de las familias de las víctimas.



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