La pericia del piloto, quien reportó fallas mecánicas, fue clave para evitar una tragedia mayor en una zona densamente poblada. El siniestro ocurrió el 15 de agosto, cuando la aeronave de matrícula HJ428, que cubría la ruta Tolú-Medellín, sufrió una falla en el motor. A bordo viajaban un piloto de 50 años y una mujer de 61 años. La comunicación del piloto con la torre de control, revelada en audios, evidencia la criticidad del momento y su rápida toma de decisiones. Al percatarse de que no llegaría a la pista, comunicó: "Torre, no voy a alcanzar a llegar a la pista. Me voy a meter al Estadio".

Esta maniobra, dirigir la avioneta hacia un espacio abierto, es considerada fundamental para haber evitado víctimas en tierra.

Tras el impacto, ambos ocupantes fueron trasladados a centros asistenciales.

La mujer ingresó a la Clínica CES con politraumatismos, fue sometida a cirugía y su estado fue reportado como "clínico crítico". El piloto, por su parte, sufrió traumas en cabeza y pecho y fue llevado a la Clínica Las Américas.

En medio de la emergencia, surgieron denuncias ciudadanas sobre personas que se acercaron al lugar del siniestro con la aparente intención de robar pertenencias de los heridos antes de que fueran auxiliados, un hecho que añade una dimensión social preocupante al suceso.