El suceso ha puesto de relieve los riesgos asociados a las operaciones aéreas sobre áreas densamente pobladas.
El 15 de agosto de 2025, alrededor de las 3:25 p. m., la aeronave tipo Ibis GS-700 Magic, con matrícula HJ428, que cubría la ruta Tolú-Medellín, se precipitó en un parque del barrio Florida Nueva, en la comuna Laureles-Estadio. El accidente ocurrió después de que el piloto, un hombre de 50 años, reportara fallas en el motor a la torre de control del aeropuerto Olaya Herrera. Se conoció un audio de la comunicación en el que el piloto alertaba sobre la emergencia: “Tengo problemas con el motor, necesito aterrizar urgente”, y posteriormente, al ver que no llegaría a su destino, añadió: “No alcanzo a llegar a la pista, voy a aterrizar en el estadio Atanasio”. A bordo también se encontraba una pasajera de 61 años, quien, según reportes de la Clínica CES, ingresó con politraumatismos y se encontraba en estado crítico tras ser sometida a un procedimiento quirúrgico. El piloto fue trasladado a la Clínica Las Américas con traumas en la cabeza y el pecho. La respuesta de los organismos de socorro, incluyendo Bomberos Medellín y el DAGRD, fue inmediata, acordonando la zona para atender la emergencia. Sin embargo, el evento se vio empañado por denuncias ciudadanas que señalaban que personas inescrupulosas habrían aprovechado la confusión inicial para hurtar pertenencias de los ocupantes heridos antes de que fueran auxiliados por los equipos de rescate.
La Aeronáutica Civil ha iniciado la investigación para esclarecer las causas exactas del siniestro.