Hoy, las "fronteras invisibles" trazadas por los grupos armados han sido reemplazadas por rutas turísticas como el "grafitour", organizado por colectivos como Casa Kolacho.

Jonathan Arroyo, guía local conocido como 'Tatam', afirma que el barrio pasó “de ser el lugar más inseguro de Medellín al que nadie se pierde visitar”.

Sin embargo, esta transformación no está exenta de críticas.

Algunos visitantes que conocieron el lugar años atrás lamentan que el "museo a cielo abierto" se haya desvirtuado por un enfoque comercial excesivo. En contraste, líderes comunitarios como 'el Güey', director de Casa Kolacho, defienden el modelo actual como un “tour estético y político” que equilibra el relato del conflicto con el emprendimiento, generando ingresos que sostienen proyectos sociales y artísticos para los jóvenes de la comunidad. Esta dualidad define el presente de la Comuna 13: un espacio que celebra la vida sin olvidar las heridas del pasado.