La identidad manizaleña está profundamente marcada por su geografía montañosa, su historia de reconstrucción tras incendios y terremotos, y su inseparable vínculo con la cultura cafetera, que ha sido el motor económico y social de la región. Las crónicas del aniversario recopilan anécdotas y hechos que han definido el carácter de la ciudad, subrayando que cada año se celebra no solo una fundación, sino la persistencia de una comunidad que ha sabido construir su presente sobre las bases de un pasado desafiante. Esta conmemoración sirve para reforzar el sentido de pertenencia y para recordar los valores de los fundadores que siguen vigentes en la Manizales contemporánea.