La Jefatura de Gestión del Riesgo de Caldas emitió un balance sobre las precipitaciones de agosto, manteniendo la alerta roja por probabilidad de deslizamientos en el departamento. Aunque las lluvias han disminuido, la saturación de los suelos sigue representando un riesgo significativo, como lo demuestra el fallecimiento de dos personas en el oriente caldense. El monitoreo constante de las 27 estaciones meteorológicas del departamento revela que, si bien ningún municipio ha superado los niveles de lluvia esperados para la temporada, la carga de agua acumulada en las últimas semanas mantiene el terreno inestable. El ingeniero Ronald Ramiro Polanía Rodríguez, administrador de la red, explicó que “las afectaciones que se han presentado son eventos aislados, producto de la carga de agua acumulada en los suelos, más no de un evento particular de gran magnitud”. Los municipios con mayor acumulado de lluvias en agosto fueron Samaná, Pensilvania, Norcasia y Chinchiná.
La jefa de Gestión del Riesgo, Paula Marcela Villamil Rendón, lamentó el fallecimiento de dos adultos mayores cuya vivienda fue afectada por un movimiento en masa, un hecho que subraya la importancia de que la comunidad permanezca atenta a las alertas.
Durante el mes se han reportado 18 eventos, incluyendo 6 movimientos en masa y 9 vendavales, que han dejado 261 personas afectadas y 85 viviendas con daños.
Adicionalmente, se emitió una advertencia sobre la posible creciente súbita de los ríos La Miel y Guarinó.
En resumenA pesar de la reciente disminución de las lluvias, Caldas sigue en alerta máxima por deslizamientos debido a la saturación del suelo. Esta situación resalta la vulnerabilidad persistente de la región montañosa y la necesidad crítica de un monitoreo continuo y una comunidad preparada.