La ciudad fue la única finalista colombiana entre diez seleccionadas, destacándose entre miles de postulaciones de toda América Latina. La evaluación fue realizada por un comité interdisciplinario de alto prestigio, que incluyó al Laboratorio en Ciencia de la Ciudad (CSLab@GDL), el City Science Media Lab del MIT y el Instituto de Investigación de Movilidad Urbana Sostenible (IIMUS), entre otros. El análisis técnico se basó en 85 indicadores rigurosos, alineados con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU. Los factores clave que llevaron a la victoria de Manizales incluyen su eficiencia en los servicios públicos, la inclusión social y equidad territorial, la innovación urbana, la gobernanza participativa y su notable resiliencia climática.
Este reconocimiento no es un hecho aislado, sino el fruto de un esfuerzo sostenido durante décadas.
Al recibir el premio, el alcalde Jorge Eduardo Rojas agradeció a los gremios, la comunidad, las universidades y las administraciones anteriores, subrayando el carácter colectivo del logro.
En sus palabras, Rojas afirmó: “Somos una ciudad que por décadas viene trabajando en su crecimiento y en su desarrollo poniendo como base la sostenibilidad... Todos, desde su rol, hemos aportado al crecimiento de nuestra ‘Manizales del alma’”. Este premio no solo eleva el prestigio de la ciudad a nivel internacional, sino que también la consolida como un ejemplo tangible de cómo la planificación urbana centrada en el ser humano y el medio ambiente puede generar resultados excepcionales, inspirando a otras urbes de la región.