Esta afirmación valida la seriedad del momento que atraviesa Rodríguez, cuya prioridad es encontrar un entorno estable para mantenerse activo. Sin embargo, el técnico contrapuso esta preocupación con un elogio a la entrega del futbolista cada vez que se une a la concentración: “Sabemos cuando viene, necesita jugar y se pone a disposición de todo el grupo”. Este espaldarazo público es significativo, ya que consolida la posición de James como un pilar del proyecto mundialista, independientemente de su situación de club. Lorenzo también delineó su plan para manejar al jugador durante la fecha FIFA, indicando que “jugará los minutos que consideremos” y que buscará “dosificar las cargas”, una estrategia que demuestra una gestión cuidadosa de un activo clave en un momento delicado de su carrera. El mensaje del entrenador es claro: la puerta de la Selección no se cierra para James, pero la necesidad de que compita regularmente es una prioridad compartida.