La situación del mediocampista es compleja.
Al quedar como agente libre, tiene la potestad de negociar directamente su futuro, pero las opciones parecen reducirse.
Varios informes de prensa, citando a periodistas especializados como Fabrizio Romano y Tom Bogert, indican que múltiples puertas se han cerrado.
En la Major League Soccer (MLS) de Estados Unidos, tanto Orlando City como Toronto FC habrían descartado su fichaje a pesar de los rumores que lo vinculaban con la liga norteamericana. En México, el Club América también habría rechazado la posibilidad de contratarlo. Esta serie de negativas genera una notable preocupación en el entorno del jugador y en la afición colombiana, ya que la falta de competencia de alto nivel podría afectar su rendimiento. El propio técnico de la Selección, Néstor Lorenzo, reconoció la “ansiedad que pueda tener por conseguir club donde competir”.
El panorama actual refleja una paradoja: mientras su talento es indiscutible, factores como sus pretensiones económicas o su historial reciente de lesiones podrían estar dificultando su fichaje. A medida que se acerca el 2026, la carrera contrarreloj de James por encontrar un destino no solo define su futuro inmediato, sino también sus aspiraciones de brillar una vez más en el escenario más importante del fútbol.













