“Son jugadores que se extrañan, no solo futbolísticamente, sino también a la afición”, comentó el técnico, destacando la fuerte conexión de James con los seguidores del club, quienes “los quieren, los animan, admiran, respetan”. Ambriz fue contundente al reconocer la responsabilidad del club en el balance final del paso del colombiano por México, afirmando: “no se le sacó el provecho de lo que realmente se le tenía que haber sacado”.

Estas declaraciones reflejan un sentimiento de oportunidad perdida, donde un jugador de talla mundial no pudo ser potenciado por el entorno colectivo.

El entrenador concluyó con una reflexión sobre la naturaleza del fútbol, describiendo a los jugadores como “nómadas” y aceptando la partida como parte del ciclo del deporte.

Sus palabras confirman que, desde la perspectiva interna, el paso de James por León dejó un sinsabor y la sensación de que las circunstancias no permitieron que su calidad se tradujera en los resultados esperados.