Durante los 90 minutos, James mostró “poca movilidad en ataque” y no fue la pieza clave que su equipo necesitaba para generar peligro.

Los reportes describen su participación como un paso “sin pena ni gloria”, reflejando una incapacidad para conectar con sus compañeros y romper la sólida defensa del rival. Tuvo una oportunidad de descontar sobre el final con un tiro libre, pero el balón se fue por encima del arco, una jugada que simbolizó la falta de efectividad del equipo en la noche. Este rendimiento en un partido de alta presión es visto como un reflejo de su temporada, calificada como “irregular” y de aporte “intermitente”. Su incapacidad para erigirse como el líder futbolístico en el momento más importante de la temporada contribuyó a las “sensaciones divididas” que deja su paso por el club. La actuación en este último partido oficial reforzó la idea de que, si bien su calidad es indiscutible, su impacto en los resultados colectivos no fue el esperado.