Su respuesta fue consistente y diplomática, pero reveladora: “Tengo buena relación con él, pero se le acaba el contrato y en eso no me meto”.

Esta frase, que repitió en varias comparecencias, ha sido interpretada como una forma de lavarse las manos y dejar la responsabilidad en manos de la directiva, aunque también como una señal de que la decisión ya está tomada. Ambriz reconoció la calidad del jugador, afirmando que “siempre contar con un jugador de esta calidad es útil”, pero inmediatamente después insinuó cambios profundos en la plantilla.

El estratega mexicano declaró que en su cabeza ya empieza a “armar un rompecabezas diferente al que tengo actualmente”, lo que sugiere una reconfiguración total del plantel para el 2026. Al mencionar que buscará refuerzos que aporten profundidad, una tarea que teóricamente cumplía James, Ambriz dejó entrever que el colombiano no forma parte de sus planes futuros.

Su postura, aunque cautelosa, ha sido suficiente para que la prensa y los aficionados den por sentada la salida del '10' del club ‘esmeralda’.