Sin embargo, el equipo sufrió desde el inicio, recibiendo un gol a los cinco minutos.
La reacción llegó al minuto 37, cuando James, como capitán, ejecutó con categoría un tiro penal para empatar el marcador 1-1.
A pesar de este impulso, el equipo se desmoronó en la segunda mitad.
La defensa mostró grandes falencias y Toluca aprovechó para construir una goleada que fue descrita como una "pesadilla" para el club local. Varios reportes indican que James se mostró "notablemente enojado" durante el partido, frustrado por la falta de orden y la incapacidad del equipo para competir.
Su gol, aunque importante en lo personal, quedó opacado por un resultado que evidencia los profundos problemas colectivos que Ambriz deberá resolver. La actuación del colombiano, aunque positiva en la ejecución del penal, no pudo cambiar el rumbo de un equipo que sigue en la parte baja de la tabla y con serias dudas sobre su capacidad para clasificar a las fases finales del torneo.