Su llegada temprana, junto a otras figuras como Luis Díaz, fue destacada como una muestra de su compromiso con el equipo nacional.
La presencia de James en el campamento en Estados Unidos es un factor clave para la cohesión del grupo.
Varios artículos lo señalan como "el capitán", subrayando su rol de liderazgo dentro y fuera del campo. Su arribo, junto con el de otros jugadores provenientes de Europa y América, marca el inicio formal de la preparación para los exigentes duelos contra México y Canadá. La logística de la concentración implica que los 25 convocados se reúnan de manera gradual, y el hecho de que James estuviera entre los primeros en llegar refuerza la percepción de su dedicación al proyecto de Néstor Lorenzo. Este gesto es particularmente relevante en un momento en que el equipo busca consolidar su funcionamiento y probar alternativas de cara al Mundial. La concentración en Texas es el epicentro donde se afinarán los detalles tácticos y se fortalecerá el espíritu de equipo, y la figura de James es central en este proceso.
Su experiencia y jerarquía son fundamentales para guiar a los jugadores más jóvenes y para transmitir las directrices del cuerpo técnico en la cancha, consolidando su estatus no solo como un talento creativo, sino como un verdadero líder del combinado patrio.