James Rodríguez retornó a la titularidad con el Club León de manera estelar, registrando un gol y una asistencia en el empate 2-2 contra Mazatlán. Su actuación individual fue determinante y reavivó el debate sobre su impacto en el fútbol mexicano. Tras ausentarse en la jornada anterior por una lesión, el capitán de la Selección Colombia regresó al once inicial de Eduardo Berizzo y demostró su calidad desde el primer tiempo. Abrió el marcador al minuto 45+2' mediante un cobro de tiro penal, ejecutado con seguridad para darle la ventaja a su equipo. Apenas tres minutos después, en el tiempo de adición de la primera mitad (45+5'), Rodríguez fabricó una jugada destacada al recibir el balón fuera del área y filtrar una “lujosa asistencia” para que su compañero, el panameño Ismael Díaz, anotara el 2-0 parcial. Esta combinación de gol y pase gol en un lapso tan corto evidenció su capacidad para cambiar el rumbo de un partido.
Sin embargo, su brillantez individual contrastó con el resultado final.
En la segunda mitad, el Club León no pudo mantener la ventaja y Mazatlán reaccionó, empatando el partido con un doblete del uruguayo Anderson Duarte a los minutos 61 y 65. Este desenlace dejó un sabor agridulce, ya que la destacada actuación del colombiano no fue suficiente para asegurar los tres puntos, un resultado que agudizó la crisis del equipo y la presión sobre el cuerpo técnico. La actuación de James fue un recordatorio de su talento intacto, pero también una muestra de los problemas colectivos que enfrenta el León en la Liga MX.
En resumenJames Rodríguez demostró su calidad con un gol y una asistencia decisivos en su regreso a la titularidad, pero el Club León no logró sostener la ventaja y cedió un empate que evidencia sus problemas colectivos.