La confirmación de la lesión en el tendón de Aquiles de James Rodríguez representa una noticia inquietante para la Selección Colombia y su técnico, Néstor Lorenzo. La dolencia del capitán llega en un momento crucial de la planificación y preparación para los futuros compromisos internacionales y la Copa del Mundo de 2026. Siendo el capitán y referente creativo de la ‘Tricolor’, la salud de James es un asunto de máxima prioridad para el cuerpo técnico. La noticia de su lesión, descrita como una consecuencia del desgaste con el propio equipo nacional, genera una seria preocupación sobre su disponibilidad y estado físico a mediano plazo.
Los artículos destacan que esta situación pone en “alerta” al combinado nacional, ya que cualquier baja prolongada del mediocampista podría alterar significativamente los planes tácticos de Lorenzo. El historial de problemas físicos del jugador es un factor que agrava la inquietud, pues se le describe como “una sombra que persigue su carrera”.
Cada nuevo episodio de lesión reaviva el debate sobre su capacidad para mantener la regularidad al más alto nivel. Con el Mundial en el horizonte, la capacidad de contar con un James en plenitud de condiciones es fundamental para las aspiraciones de Colombia. Esta lesión, por lo tanto, no es solo un contratiempo para su club en México, sino un potencial obstáculo en el camino de la selección hacia la cita orbital, obligando al cuerpo técnico a monitorear de cerca su evolución y considerar alternativas.
En resumenLa lesión de James Rodríguez es un motivo de gran preocupación para el seleccionador Néstor Lorenzo. La condición física del capitán es vital para el esquema de la Selección Colombia, y este nuevo problema físico genera incertidumbre sobre su participación en futuros compromisos clave para la preparación del Mundial 2026.