Sus declaraciones confirmaron una lesión física y negaron categóricamente que el jugador se hubiera negado a jugar en césped sintético.

Ante la ola de rumores que surgieron en México, Berizzo se encargó de entregar la versión oficial del club, que contrastaba con los informes iniciales de la prensa. Varios medios, citando al periodista Paco Vela, habían sugerido que la ausencia del colombiano se debía a una decisión personal para no arriesgarse en una cancha artificial.

Sin embargo, el técnico argentino fue contundente al respecto: “Con James nunca hubo un tema con el sintético, ni nada”.

Con esta afirmación, desestimó por completo la teoría del “capricho” del jugador.

Acto seguido, reveló la verdadera causa de la baja, aportando claridad y un diagnóstico médico.

“Simplemente está arrastrando una lesión en el tendón de Aquiles y por eso no estaba disponible”, explicó Berizzo, atribuyendo el problema al “gran desgaste” sufrido durante los partidos con la Selección Colombia.

La intervención del estratega fue crucial para proteger la imagen del futbolista y enfocar la atención en su recuperación. Su decisión de no arriesgarlo, especialmente en un terreno que podría agravar su condición, fue presentada como una medida prudente y necesaria, disipando así la controversia que se había generado.