El regreso de James Rodríguez al Club León, tras su destacada participación con la Selección Colombia, estuvo marcado por un discreto partido contra Tigres UANL, donde ingresó como suplente para la segunda mitad. Su actuación de 45 minutos no logró cambiar el resultado de un pálido empate 0-0 y fue el detonante para una nueva ronda de críticas y análisis sobre su verdadero impacto en el equipo mexicano. El técnico Eduardo Berizzo optó por dejarlo en el banquillo de inicio, probablemente para gestionar su carga física después del viaje transatlántico. Sin embargo, su entrada al campo en el minuto 46 generó expectativas de que pudiera desequilibrar el encuentro. Al finalizar, el propio Berizzo ofreció una valoración matizada: “Entró James, un gran asistidor, pero no teníamos la claridad técnica para abrir el partido”. Con esta declaración, el entrenador reconoció la calidad individual del colombiano, pero al mismo tiempo señaló una falencia colectiva que impidió aprovecharla.
La prensa, por su parte, fue mucho menos indulgente.
Varios medios condenaron su actuación, afirmando que “no fue capaz de inventar un camino que guiara a herir a los Tigres”. Curiosamente, a pesar de la percepción general negativa, portales especializados como Sofascore le otorgaron una calificación de 7.5, un puntaje respetable que contrasta con las críticas.
Este partido se convirtió en un punto de inflexión, avivando el debate sobre su rol en el equipo y precediendo su polémica ausencia en el siguiente encuentro contra Tijuana.
En resumenEl partido de James Rodríguez contra Tigres, donde jugó 45 minutos como suplente tras volver de la fecha FIFA, no cumplió con las expectativas. A pesar de la valoración de su técnico, quien lo calificó como un "gran asistidor", la prensa consideró que no fue revulsivo, lo que intensificó el debate sobre su rol e influencia en el Club León.