Según los datos reportados, los números de James en esta categoría llegaron a duplicar los de figuras de talla mundial como el argentino Lionel Messi y el brasileño Raphinha, quienes lo siguieron en el escalafón. Este dato va más allá del simple conteo de asistencias, ya que evidencia una influencia constante en la construcción de jugadas de peligro, independientemente de si estas terminaban en gol o no. Demuestra que el juego ofensivo de Colombia pasó sistemáticamente por sus pies, siendo el encargado de filtrar balones, encontrar espacios y habilitar a sus compañeros en posiciones ventajosas. Su capacidad para leer el juego y ejecutar pases incisivos lo convirtió no solo en el mejor asistidor, sino en el motor creativo más productivo de todo el continente durante la fase clasificatoria.