Esta situación contractual se suma a un presente deportivo en el que no ha logrado consolidarse como titular indiscutible, jugando lo que ha sido descrito como "a cuenta gotas".

Esta falta de regularidad contrasta drásticamente con su estatus en la selección, donde disputó los 18 partidos de las Eliminatorias y es considerado una pieza fundamental por el técnico Néstor Lorenzo. La escasez de minutos en su club podría afectar su ritmo de competencia y su condición física en un momento crucial de su carrera. A pesar de este panorama, su profesionalismo no ha sido puesto en duda por sus compañeros.

El delantero Emiliano Rigoni, por ejemplo, lo describió como “un profesional excelente”.

Sin embargo, la preocupación persiste, ya que un jugador de su calibre necesita estar en plena actividad para llegar en óptimas condiciones al torneo más exigente del mundo. La situación plantea un dilema tanto para el jugador, quien deberá definir su futuro profesional en los próximos meses, como para el cuerpo técnico de la selección, que necesita a su capitán en el mejor nivel posible.