Este hito es compartido con otros cuatro jugadores de la actual generación: David Ospina, Camilo Vargas, Santiago Arias y Juan Fernando Quintero, quienes también estuvieron presentes en las Copas del Mundo de Brasil 2014 y Rusia 2018. La clasificación a un tercer mundial es un testimonio de la longevidad y la importancia de este núcleo de jugadores que ha sido la columna vertebral de la Selección Colombia durante la última década. Para James, este logro tiene un sabor a revancha, especialmente después de la frustración de no haber clasificado a Catar 2022 y de su participación condicionada por problemas físicos en Rusia 2018, un torneo al que llegaba con la expectativa de repetir su brillante actuación de 2014, donde fue el máximo goleador. En el proceso actual, ha asumido un rol de líder y capitán indiscutible bajo la dirección de Néstor Lorenzo, siendo el único jugador en disputar los 18 partidos de la eliminatoria.

Su emoción tras el partido contra Bolivia fue palpable, declarando: “Es un orgullo grande, es un Mundial más, si Dios quiere vamos a llegar bien y creo que este pueblo se merece esto”.

Este logro no solo enriquece su palmarés personal, sino que también lo reafirma como una figura central en la historia del fútbol colombiano.