La convocatoria simultánea de James Rodríguez y Juan Fernando Quintero ha reavivado el debate táctico sobre la posibilidad de que ambos creativos jueguen juntos como titulares ante Bolivia. Esta opción, que evoca el exitoso partido contra Polonia en el Mundial de 2018, es vista como una apuesta audaz para desarticular a un rival que se anticipa defensivo. El plan de Néstor Lorenzo para el crucial duelo en Barranquilla podría incluir una de las duplas más talentosas y esperadas por la afición. La idea de alinear a James y Quintero desde el inicio se fundamenta en la necesidad de potenciar la “generación de fútbol” ante un equipo boliviano que, se presume, planteará un “esquema ultra-defensivo”. La prensa especializada recuerda el antecedente más dulce de esta sociedad: la victoria 3-0 sobre Polonia en el Mundial de Rusia 2018, considerado por muchos como uno de los mejores partidos de Colombia en la era Pékerman. En aquella “noche de ensueño”, ambos zurdos fueron titulares y demostraron una conexión excepcional.
Juntarlos nuevamente permitiría “abastecer a Luis Díaz, a Jhon Córdoba o Dayro Moreno” y liberar a Jhon Arias para que asuma un rol más ofensivo.
Sin embargo, esta apuesta táctica implica un riesgo: sacrificar una ficha en el mediocampo y reducir la capacidad de marca, un desequilibrio que debería ser compensado por el trabajo de los laterales y un único volante de contención. La decisión final recae en Lorenzo, quien debe sopesar si la promesa de creatividad justifica la vulnerabilidad defensiva.
En resumenLa posibilidad de alinear a James y Quintero juntos genera un intenso debate táctico. Mientras que su creatividad combinada podría ser clave para superar a una Bolivia defensiva, replicando el éxito del Mundial 2018, también plantea un riesgo defensivo que Néstor Lorenzo deberá evaluar cuidadosamente.