Tácticamente, alinear a James y Quintero implicaría sacrificar una ficha en el mediocampo, probablemente un volante de marca, para darles libertad creativa.

Esto permitiría abastecer con mayor claridad a los delanteros y liberar a jugadores como Jhon Arias para que asuman un rol más ofensivo.

La propuesta es arriesgada, ya que ambos aportan poco en marca, pero se considera una opción viable y necesaria para superar a un rival que, se anticipa, planteará un bloque defensivo muy cerrado en Barranquilla.