Según el periodista Eduardo Luis, James, junto a David Ospina, se dirigió a Durán para marcarle límites por su actitud.

La frase que se le atribuye al capitán es contundente: “Venga, jovencito; bájele, hermano.

Qué pena, pero usted aquí no se ha ganado ningún derecho”.

Esta versión lo presenta como un líder que asume la responsabilidad de mantener la disciplina en el grupo, una acción esperada de un jugador con su trayectoria. Sin embargo, esta imagen contrasta con la percepción de otros analistas.

El periodista Juan Felipe Cadavid afirmó que, dentro del plantel, James no es visto como un líder con la misma autoridad que Falcao García o el propio Ospina. Según Cadavid, sus compañeros lo ven como “uno más” y no toman sus momentos de seriedad con la misma solemnidad, esperando que “en 10 minutos se le pasa y va a venir a mamar gallo”.

Esta dualidad de percepciones dibuja un panorama complejo sobre su capitanía, en un contexto donde se habla de un “camerino roto” y de las dificultades para gestionar el carácter de figuras emergentes como Durán.