Son muy aficionados al fútbol.

Estoy muy feliz de estar acá”, confesó Díaz en una entrevista. Esta percepción positiva se ha reflejado en su rendimiento inmediato en la cancha, donde ya ha ganado un título y se ha convertido en una pieza clave del ataque, generando una conexión instantánea con figuras como Harry Kane. En cambio, la experiencia de James Rodríguez en Múnich, aunque exitosa en lo deportivo, estuvo marcada por una percepción diferente del entorno.

Se hizo conocida su incomodidad con el clima frío de la ciudad y su descripción de los alemanes como “máquinas”, personas muy estructuradas y menos cálidas. Estas declaraciones, recordadas por la prensa, sugieren que su adaptación cultural fue más compleja, a pesar de haber tenido un buen rendimiento bajo las órdenes de Jupp Heynckes. Las dos vivencias muestran cómo factores personales y el contexto del momento pueden influir en la experiencia de un futbolista en el extranjero, incluso en un club de élite como el Bayern.