“El fútbol es un deporte de equipo, yo doy todo para ganar.

Algunos creen que debo hacerlo todo, pero mi objetivo es ayudar y aportar lo mejor al club”, expresó.

Con estas palabras, el volante cucuteño busca matizar la idea de que él es el único responsable de los resultados del equipo. Su declaración sugiere una cierta frustración ante la carga de ser visto como el salvador en cada partido, una presión que ha enfrentado a lo largo de su carrera en diferentes clubes. Para James, su contribución va más allá de las estadísticas individuales y se centra en el funcionamiento colectivo. Esta perspectiva es clave para entender su mentalidad en el campo, donde no solo busca brillar con goles o asistencias, sino también influir en el juego a través de su visión y su capacidad para organizar el ataque. Su mensaje es un llamado a valorar el esfuerzo grupal por encima de las individualidades, en un intento por gestionar las expectativas y enfocar la atención en los objetivos comunes del equipo.