Con 33 años y una vasta experiencia en el fútbol europeo, James se siente en una posición privilegiada para guiar a sus compañeros más jóvenes.

“Yo soy feliz, creo que por todo lo que he hecho”, afirmó, mostrando satisfacción por su trayectoria y el estatus que ha alcanzado.

Para él, ser un modelo a seguir es fundamental, ya que considera a los nuevos talentos como el futuro del equipo.

Esta faceta de mentor es crucial en un combinado nacional que combina la jerarquía de los experimentados con la energía de una camada de jugadores que está dando sus primeros pasos en la élite. Su liderazgo no se limita a portar la cintilla; se manifiesta en el día a día, en el consejo y en la capacidad de transmitir la exigencia que implica vestir la camiseta de la selección.

Este compromiso con el grupo y su visión a largo plazo refuerzan su figura como un pilar fundamental del proyecto, más allá de su indiscutible aporte futbolístico. Su rol es clave para mantener la cohesión y la mentalidad competitiva del equipo en el camino hacia los grandes objetivos, como la Copa del Mundo de 2026.