James ingresó al minuto 62, con el marcador ya igualado, y aunque en su primera intervención generó peligro con un centro preciso que por poco termina en gol, su impacto no se tradujo en el anhelado tanto del triunfo. El partido se mantuvo cerrado y con pocas opciones claras para ambos equipos, reflejando que los problemas de León van más allá de la ausencia de su máxima figura. El equipo de Eduardo Berizzo sigue mostrando irregularidad y le cuesta cerrar los partidos, una tendencia que se mantuvo incluso con el colombiano en cancha. El empate dejó un sabor agridulce, ya que si bien se valora el retorno del mediocampista, el resultado final confirma que el equipo no atraviesa su mejor momento. La falta de contundencia y la incapacidad para dominar a un rival directo en casa son señales de que el trabajo de reconstrucción del equipo es una tarea pendiente. Para James, este partido representó la oportunidad de sumar minutos y recuperar ritmo de competencia, pero también le demostró que su sola presencia no garantiza victorias, y que el desafío colectivo para levantar el nivel del equipo es considerable.