Meses después, durante un intenso partido por las eliminatorias al Mundial 2026, las cámaras captaron a Messi acercándose a James para “reclamarle sus comentarios pasados”.

Aunque en ese momento el colombiano prefirió mantener la calma en el campo, recientemente abordó el tema en entrevistas concedidas a medios mexicanos.

Lejos de retractarse, James reafirmó su postura sobre la libertad de los futbolistas para manifestar sus opiniones.

“Soy libre de decir lo que quiero”, fue la frase con la que reavivó el debate, subrayando que cada jugador tiene derecho a expresar lo que siente, aunque sus palabras pudieran no haberle agradado al capitán argentino. El mediocampista del Club León aclaró que su visión personal no desmerece los logros de la selección campeona del mundo, reconociendo la grandeza del rival y sus méritos. Este episodio ha sido interpretado como un gesto de firmeza y liderazgo por parte de James, quien asume su rol como capitán moral de la Selección Colombia, defendiendo sus convicciones incluso frente a una figura de la talla de Messi. La polémica pone de manifiesto la delgada línea entre la opinión y la generación de susceptibilidades en el fútbol de alta competencia.