Esta crisis se superpone a la escasez de alimentos, agua potable y atención médica. Las imágenes descritas en los artículos, como la de una niña buscando agua con cubos vacíos en medio de una tormenta, simbolizan la extrema vulnerabilidad de la población. Las condiciones climáticas adversas aumentan drásticamente el riesgo de hipotermia, enfermedades respiratorias y brotes de enfermedades transmitidas por el agua, como el cólera. Para los más vulnerables, como niños, ancianos y personas con enfermedades crónicas, la combinación del frío, la humedad y la falta de recursos básicos representa una amenaza mortal, convirtiendo los campamentos de desplazados en trampas de lodo y enfermedad.