Después de dos años marcados por la ofensiva bélica en Gaza, el sector turístico de Jerusalén muestra signos de una lenta recuperación. La reapertura de rutas aéreas y la flexibilización de las restricciones de viaje están impulsando la llegada de visitantes, aunque la industria aún enfrenta los efectos del conflicto y el boicot internacional. El sector turístico, que antes del conflicto movía en promedio 5.300 millones de euros y atraía hasta 4 millones de visitantes anuales, quedó completamente paralizado. Para 2025, impulsado por el alto el fuego y el plan de paz, el Ministerio de Turismo de Israel proyecta recibir 1,4 millones de visitantes. La mayoría de los viajeros actuales proceden de Estados Unidos, Francia y el Reino Unido. El ministerio reconoce el “impacto innegable” del movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) y, para contrarrestarlo, está colaborando con 'influencers' y centrándose en comunidades judías, evangélicas y católicas, consideradas leales a Israel. Además, se está explorando el mercado asiático como una nueva fuente de turistas.
A pesar de estos esfuerzos, la recuperación es parcial.
Un guía turístico local afirmó que el sector “se está moviendo” pero “aún está lejos” de la normalidad. Persisten además las desigualdades: hoteleros de Jerusalén Este, de mayoría palestina, denuncian no haber recibido las mismas ayudas económicas gubernamentales que sus homólogos en la parte oeste de la ciudad.
El encargado del National Hotel, Laith Salah, reporta una ocupación del 30 %, muy por debajo del 90 % de años anteriores, evidenciando los desafíos que aún enfrenta la industria.
En resumenEl turismo en Jerusalén se está reactivando lentamente, con una proyección de 1,4 millones de visitantes para 2025, principalmente de países occidentales. Sin embargo, el sector está lejos de sus niveles previos a la guerra y enfrenta desafíos como el movimiento BDS y denuncias de un trato desigual en la distribución de ayudas gubernamentales entre Jerusalén Oeste y Este.