Según un informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, al menos 1.017 palestinos han sido asesinados en este territorio desde el 7 de octubre de 2023. Estas muertes han sido perpetradas tanto por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) como por colonos israelíes violentos, lo que evidencia una doble fuente de agresión contra la población palestina. Este drástico aumento en el número de víctimas mortales demuestra que el conflicto no está contenido en la Franja de Gaza, sino que se ha intensificado en todos los territorios palestinos. La situación en Cisjordania está marcada por un incremento de las redadas militares israelíes en ciudades y campos de refugiados, así como por un aumento de los ataques de colonos contra civiles palestinos y sus propiedades, a menudo con la aquiescencia o protección de las FDI. Esta escalada de violencia contribuye a la desestabilización general de la región, fragmenta aún más a la sociedad palestina y aleja cualquier posibilidad de una solución política, creando un ciclo de represalias y sufrimiento que se extiende mucho más allá de las fronteras de Gaza.