La magnitud de la destrucción de infraestructura civil en la Franja de Gaza a manos del ejército israelí ha llevado a analistas y organizaciones de derechos humanos a emplear el término 'urbicidio'. Este concepto describe la destrucción deliberada y sistemática de una ciudad con el objetivo de hacerla inhabitable, sugiriendo que la estrategia militar trascendió los objetivos tácticos convencionales. El término, que se diferencia de 'domicidio' (destrucción de viviendas), cobró relevancia en conflictos como los de Sarajevo y Mostar, pero ha encontrado un nuevo y terrible significado en Gaza. Según el profesor Martin Coward, citado en uno de los artículos, “atacar las ciudades garantiza que la gente no tenga a donde regresar”. Esta perspectiva es respaldada por la organización israelí Breaking The Silence (BTS), que ha recogido testimonios de soldados a quienes, según escriben, “se les ha ordenado incendiar las casas en las que se han alojado”. La escala de la devastación es tal que el periódico israelí Haaretz estimó que “la proporción de estructuras arrasadas en Rafah, por ejemplo, es mayor que la de las destruidas en Hiroshima y Nagasaki”.
Incluso Jared Kushner, yerno de Donald Trump, tras una visita a Gaza, comentó que parecía “casi como si se hubiera detonado una bomba nuclear”.
Estas descripciones apuntan a una campaña que no solo buscaba neutralizar a Hamás, sino también desmantelar la estructura misma de la vida urbana en la Franja.
En resumenLa devastación en Gaza ha sido calificada como 'urbicidio', una estrategia de destrucción deliberada de la vida urbana para impedir el regreso de la población. Testimonios de soldados y comparaciones con la destrucción de Hiroshima sugieren que la campaña militar israelí buscó hacer la Franja inhabitable.