Los habitantes enfrentan un futuro incierto con hogares reducidos a escombros y un acceso limitado a alimentos nutritivos, mientras los productos ultraprocesados son más accesibles.

El panorama en Gaza es desolador.

Testimonios de dos mujeres gazatíes recogidos por la BBC reflejan un profundo temor y una escasa perspectiva de futuro, con hogares reducidos a escombros y precios exorbitantes que dificultan la supervivencia diaria. A esta crisis de infraestructura y económica se suma una grave distorsión en el suministro de alimentos. Un reportaje de 'Middle East Eye' revela que, tras el alto el fuego, los productos básicos siguen escaseando o permanecen bloqueados por Israel.

En contraste, algunos supermercados han podido reabrir gracias a los envíos de ayuda humanitaria de organizaciones internacionales, pero sus estantes están llenos principalmente de alimentos ultraprocesados. Esta situación ha llevado a una paradoja nutricional donde los habitantes se ven “obligados a engordar” sin recibir los nutrientes necesarios, dependiendo de productos con alto contenido de azúcares y grasas en lugar de alimentos frescos y básicos. Esta dinámica no solo agrava la crisis humanitaria, sino que también plantea serios riesgos para la salud a largo plazo de una población ya vulnerable, que lucha por reconstruir sus vidas en medio de la devastación y las continuas restricciones.