Estas acciones posicionan a Washington como el actor principal en la configuración del futuro post-conflicto del enclave palestino.
Como parte de esta estrategia, soldados estadounidenses han sido desplegados en la ciudad industrial israelí de Kiryat Gat, donde se ha establecido un nuevo Centro de Coordinación Militar-Civil (CCMC) para Gaza. La misión de este centro, que se supone será dirigido por Estados Unidos, es supervisar la aplicación del alto el fuego y preparar la fase de reconstrucción del enclave.
Este movimiento sobre el terreno se complementa con una ofensiva diplomática en el ámbito internacional.
La administración Trump presentó ante el Consejo de Seguridad de la ONU un proyecto de resolución que propone la creación de una fuerza de estabilización y una autoridad transitoria en Gaza. Este plan busca evitar un vacío de poder y sentar las bases para una gobernanza futura. El doble enfoque, que combina la coordinación militar-civil directa con un marco político de alto nivel, evidencia una estrategia estadounidense integral para gestionar tanto las consecuencias inmediatas del conflicto como su resolución a largo plazo, en un esfuerzo por estabilizar la región y asegurar sus intereses estratégicos.













