Tomer-Yerushalmi fue detenida tras renunciar a su cargo y reconocer que había aprobado la filtración del comprometedor video, grabado el año anterior.

Las imágenes muestran a guardias israelíes abusando de un detenido palestino en la prisión de Sde Teiman, descrita en uno de los artículos como la “cárcel de los horrores”. La controversia se agrava porque la investigación oficial parece centrarse más en la filtración y en la abogada que en los soldados responsables del abuso, lo que uno de los textos califica como una “persecución contra la abogada y la filtración”. La reacción del primer ministro, Benjamín Netanyahu, fue calificar el asunto de “ataque propagandístico”, una postura que busca deslegitimar la evidencia y desviar la atención de las múltiples denuncias de abusos similares. La detención de una exfuncionaria militar de tan alto rango por exponer un acto ilícito, en lugar de investigar el crimen mismo, plantea serias dudas sobre la rendición de cuentas y la transparencia dentro de las fuerzas de seguridad israelíes.