UU. e Israel.

Su protagonismo fue tal que el presidente de la Knéset, Amir Ohana, anunció que promoverían su candidatura para el Premio Nobel de la Paz, afirmando que “no hay nadie que lo merezca más”. Trump también aprovechó la ocasión para tender una mano a Irán, invitándolo a negociar un acuerdo, aunque advirtió que cualquier intento de destruir a Israel estaría condenado al “amargo fracaso”.