Escenas de celebración también se vivieron en Ramala, Cisjordania, y en la Franja de Gaza, donde las familias recibieron a los prisioneros liberados. El acuerdo también estipula la devolución de los cuerpos de 28 rehenes fallecidos en cautiverio. El proceso de intercambio fue complejo; los rehenes liberados fueron trasladados a bases militares y hospitales en Israel para evaluaciones médicas y reencuentros familiares, mientras que los prisioneros palestinos fueron transportados en autobuses a territorio palestino. Entre los liberados se encontraban ciudadanos de varias nacionalidades, incluyendo tres argentinos y el colombo-israelí Elkana Bohbot.

El presidente Donald Trump celebró la liberación como un “momento muy especial” y un pilar fundamental del acuerdo de paz.