Citando al pensador Aimé Césaire, un artículo argumenta que Occidente justifica los crímenes cometidos por sus aliados, evidenciando una “hipocresía colectiva” que plantea mal los problemas para legitimar “soluciones odiosas”. Esta perspectiva sostiene que la civilización occidental se muestra “incapaz de resolver los problemas que suscita su funcionamiento”, calificándola de “decadente” y “moribunda” por su inacción frente a las violaciones del derecho internacional por parte de Israel.
