Al cumplirse dos años del ataque de Hamás, Israel rememora el asalto al festival de música Nova y las comunidades fronterizas, un evento que dejó 1.200 muertos y 250 rehenes, marcando el inicio de un prolongado conflicto bélico en la región. El 7 de octubre de 2023, la percepción de seguridad en Israel se desmoronó. Chen Malca, una sobreviviente del festival Nova de 26 años, relata la transición del júbilo a la pesadilla: “Estábamos bailando y de pronto el cielo se llenó de drones. Al principio pensamos que eran parte de la producción del festival”. Lo que creyeron eran fuegos artificiales resultó ser una maniobra de distracción de Hamás, que lanzó al menos 2.000 cohetes mientras aproximadamente 7.000 terroristas se infiltraban por tierra. El ataque, de una magnitud sin precedentes, tomó por sorpresa a un país que confiaba en su sofisticado sistema de defensa, el “Domo de Hierro”.
Los terroristas no solo atacaron los kibutz cercanos, sino que tendieron una trampa mortal en la ruta para los jóvenes que intentaban huir del festival.
En el lugar, hoy convertido en el Nova Festival Victims Memorial, se asesinó a 380 jóvenes y se secuestró a otros 40.
Historias como la de los hermanos Osher y Michael Vaknin, acribillados bajo una barra, o la de las mellizas Levy, atacadas en un contenedor de basura, son testimonio de la brutalidad. Este evento, descrito por los sobrevivientes como una “película de horror”, se convirtió en el punto de partida de una contraofensiva israelí en Gaza que, 730 días después, continúa sin un final a la vista.
En resumenLa masacre del 7 de octubre de 2023 no solo fue el ataque terrorista más mortífero en la historia de Israel, sino que también se convirtió en el catalizador de una guerra devastadora en Gaza, dejando cicatrices profundas y un futuro incierto para la convivencia en la región.