Además, ha reiterado su oposición histórica a la soberanía palestina.

El analista Irvin Gatell señala que Netanyahu está siendo "pragmático y diciendo la verdad: ocho veces se les ha ofrecido a los palestinos un Estado y las ocho veces lo han rechazado".

Esta postura contradice directamente el punto 19 del plan, que menciona de manera vaga la posibilidad de "una vía creíble hacia la autodeterminación y la creación de un Estado palestino" como una aspiración a largo plazo. El apoyo de Netanyahu al plan parece, por tanto, estar condicionado a que este sirva a los objetivos estratégicos de Israel: la eliminación de Hamás como amenaza militar y la consolidación del control de seguridad sobre los territorios palestinos, sin ceder en la cuestión fundamental de la soberanía.