Según el análisis del historiador Irvin Gatell, la organización palestina enfrenta una división interna crítica.
Por un lado, "hay un grupo que está vinculado a la Hermandad Musulmana y parece proclive a aceptar el acuerdo".
Por otro, "el sector ligado a Irán lo rechaza porque lo consideran una rendición".
Esta pugna interna es crucial, ya que el desenlace determinará la respuesta final del grupo. La presión sobre Hamás es inmensa, no solo por el ultimátum de Trump, sino también porque sus aliados tradicionales como Qatar y Turquía, junto con Egipto, ya han respaldado el plan y le habrían pedido rendirse.
Esto deja a Hamás en una posición de creciente aislamiento.
La exigencia central del acuerdo es que la organización entregue las armas, abandone el poder en Gaza y libere a todos los secuestrados. Gatell resume la situación de forma tajante: "Hamas inició la guerra, Hamas la perdió, Hamas está acorralado.
Pues obviamente lo que le corresponde en este caso es rendirse".
La decisión final dependerá de qué facción logre imponer su visión, un proceso que se desarrolla bajo una intensa presión diplomática y la amenaza de una aniquilación militar si rechazan la propuesta.